viernes, 26 de septiembre de 2014

Historia para entender a un Weimaraner


Existen dos teorías, Una que vienen de antiguos perros sabuesos franceses como el Griffon de Nivernais:







Alo que hay un gran parecido al braco eslovaco








Y la otra es que resultaron del cruce de Saint Humberts y lebreles árabes de Palestina:

Saint Humberts
Lebrel Árabe


Llegaron aparentemente a desaparecer, hasta el reinado de Carlos Augusto, Duque de Sajonia Weimar quien valoró y definió las características del Weimaraner actual.

Después cayeron en el olvido por la caída del Imperio de Napoleón I, y solo algunos cazadores continuaron con la selección, tomando características prominentes como el olfato característica que tenían como sabuesos y las cualidades de perros de muestra como el pointer y el braco alemán.


Pointer
Braco Alemán

Nuevamente estuvieron a punto de desaparecer a mediados del siglo XIX, el Emperador Guillermo I de Alemania, autorizó su posesión solo a quienes pudieran demostrar una fidedigna NOBLEZA. Aún el mismo Bismarck, Canciller de Alemania, fue considerado demasiado humilde para poseerlo.

En 1896 se alcanzó el reconocimiento oficial en Alemania de la raza y el primer Club se fundó en 1897 en donde las reglas eran realmente severas.

Se encontraban al rededor de un millar de ejemplares para los periodos de guerras y un norteamericano de nombre Howart Knight, logró que pasaran la frontera, los primeros perros que llegaron a Norteamerica fueron un macho llamado: Mars Aus der Wulfsreide, una hembra, Dorle Von Schwarzen Kamp, y una hembra preñada, Aura Von Guilberg.

En 1945, la raza había desaparecido prácticamente en Alemania, en Estados Unidos permanecía intacta, siendo paradójico que Alemania importara nuevamente algunos ejemplares de éstos.






La llegada de un WEIMARANER

Aún para mí, es difícil hablar del tema, un Weimaraner es un caso especial. Antes de tenerlo, leí acerca de la raza, y encontré uno que decía: "IMPORTANTE, LEA ESTO ANTES DE TENER UN WEIMARANER".
Parecía como una GRAN ADVERTENCIA, ahora lo entiendo, aparte de que éste que tengo creo que  es hiperactivo.



Un Weimaraner no es en juego, por lo menos hasta ahora se que necesitan Muuuuucha paciencia y que tienen una energía BÁRVARA, cuando lo leí, pensé que realmente estaban exagerando, qué perro tiene taaaaanta energía?, sabía que había que sacarlos a pasear, pero a un Weimaraner no se le puede perdonar ninguna falta de salida a pasear, pero realmente pasear no es pasear, es CORRER o hacer largas caminatas. Solo así podrá descargar su INTERMINABLE ENERGÍA.

No se si mas grandes calme su ímpetu, pero a medida que crece sus requerimientos de desfogue energéticos son mayores, algo que por lo menos ahorita no he podido controlar es su OBSESIÓN por morder, pero no morder cualquier cosa sino que me muerde cada vez que se acerca a mi, obvio para jugar, pero son intensas sus mordidas.

Otro Gran Problema por el momento es que no quiere pasear con correa, cuando intento que se mueva, se hace para atrás y no se mueve, casi lo arrastro y ni aún así; pero cuando le suelto la correa, camina sin problema, eso si, camina para donde él quiere, incluso toma la correa en su hocico y la jala para donde quiere ir, si vamos dos persona es más fácil que camine, normalmente mi esposo es el que lo toma y yo voy adelante, y solo así camina, hemos llegado a correr incluso juntos, pero de repente se le ocurre pararse y me da el jaloneo; su mayor distracción es olfatearlo Todo.


Por el momento tengo un gran problema, necesita hacer mucho ejercicio, pero no quiere caminar, me siento realmente impotente de arreglar la situación, estamos pensando en llevarlo a una guardería de perros para que socialice, probablemente eso ayude, hasta ahora lo único que ha visto es a sus dueños y a uno que otro perro por el vecindario.

Mi perro ideal era un labrador, porque sé que son tan tranquilos que cualquiera es su amigo, este Weimaraner si que ha sido un reto para mí, a veces pienso y si hubiera llegado otro tipo de perro, uno más pequeño de raza o mas dócil, quizá mi vida sería mas fácil en este momento, pero a veces pienso que este reto lo voy a superar, quizá es algo que puedo hacer, porque me queda claro que no todo mundo podría tenerle tanta paciencia a un Weimaraner y la disciplina de sacarlo a pasear y a hacer ejercicio, y libere todo esa adrenalina típica de su raza.

Tobias, mi Weimaraner, ha sido como un espejo para mi, en él he visto mucho de mi, en si parecería que es mi compañero ideal, los dos somos indomables, a veces irrespetuosos con las jerarquías, como el conmigo je!, tenemos una energía intensa y los dos necesitamos sacar todo ese potencial en nuestro interior. Y es algo apegado, creo que también como su dueña , algo que tendremos que trabajar los dos mutuamente.

Hasta el momento es dominante, terco, obsesivo e irrespetuoso, tendré que ganarme su respeto, mas que su confianza, esa la tengo desde que llego, ya que es a mi a quien sigue, y llegar a ser el Líder que necesita.



miércoles, 24 de septiembre de 2014

La llegada de un CACHORRO



La llegada de un cachorro siempre es motivo de emoción, para cualquier persona, sea un niño o un adulto, como mi caso, que me ha traído loca este cachorrito, pero no siempre va a ser un cachorrito, éste crecerá, y es cuando pierde su ternura que tanto nos conquistó y si no tomamos consciencia realmente de esto, puede resultar terrible para el animal.


Para empezar se necesita mucha paciencia con los cachorros, se hacen en todas partes, muerden todo, todo es objeto de juguete y juego y quieren estar todo el tiempo con uno. Recién llegados son como bebé prácticamente y necesitan cuidados y atención, dejarlos solos mucho tiempo puede causarles estrés, necesitan estar con su manada humana.

Luego cuando ya un poco mas grandes como Tobías de 2 meses y medio, hay que irles enseñando reglas y limites, hasta un año siguen siendo cachorros, más grandes pero aun son juguetones.

Un cachorro implica tiempo y dedicación, parecería que no, pero es una gran responsabilidad para grandes y chicos.



Cuando crecen, como cualquier los humanos, se vuelven adolescentes y luego en adultos y probablemente en ancianos, todas las etapas cambian y son importante.

Cuando ya es un adulto, probablemente ya no necesite tantas atenciones cuando cachorros, pero aún necesitan que se les dedique tiempo, y sobre todo ejercicio, pasearlos, y nuestra compañía que indudablemente es mutua.




Si no tenemos tiempo, existen lugares como guarderías para perros, pero eso no significa que nos olvidaremos de ellos, porque también necesitan nuestra atención y cariño.





lunes, 22 de septiembre de 2014

Mi Primer Perro

La espera de un perro llegó ahora a mis 33 años, sé que será risible para muchos, pero para mi, es un sueño echo realidad.

Cuando era niña siempre quise un perro, era mi mayor ilusión, el perro de mis sueños era un perro lobo, como le llamaba en ese entonces.
Lo relacionaba todo el tiempo con la nieve y esos paisajes de película, me parecía imposible tenerlo, un perro que pertenece al frío, era como tener a un oso polar en Hawai, aún a mi corta edad no me parecía que fuera su hábitat, ahora sé que los han adaptado a lugares más calurosos, mmm, tengo mis dudas.
El segundo perro disponible en mis sueños fue un golden, me fascinaba su pelaje y su estatura, un perro de verdad, de ese tamaño, sería aún adolescente, cuando los golden eran mi peluche predilecto. Tiernos, con esa carita de yo no fui.

Cuando crecí y era un poco mas grande, vi que cada vez era mas dificil tener un perro, mis ocupaciones eran la escuela, los estudios, no tendría tiempo para cuidarlo, y el espacio seguía siendo pequeño, siempre tuve la consciencia y mucho me lo inculcó mamá, que un perro necesita espacio, y no aventarlos a las azoteas como se acostumbra en las ciudades, por la falta de espacio.
Pasó un tiempo, pero después pensé que un labrador podría ser una buena opción, no era tan grande y era muy lindo, el preferido es el color chocolate, tenía que ser de un color antojable.

Así paso el tiempo, y mis prioridades fueron otras, me casé y después de un tiempo llegó Tobias. Un Weimaraner, poco conocido para mi, los otros perros los estudié y sabía que por lo menos los dos últimos eran para mi, por mi carácter, era el perro ideal. Pero el weimaraner me llamaba la atención, su color gris, siempre me gustó ese color en los perros, y era mediano-grande, como siempre me gustaron, pero…. estaba preparada para tener mi primer perro??? y para tener un WEIMARANER?…..

Un cachorro de cualquier raza es una locura, todos son hermosos, pero que tal cuando crecen, si no tomamos consciencia entenderemos que no es cualquier cosa que se tome a la ligera.

Nunca tuve un perro hasta ahora, y es una experiencia fabulosa, pero al principio no fue así.

La primera noche fue tan fatal, que me arrepentí, momentáneamente al siguiente día, estaba asustadísima, dije: "En que me metí", no me había caído el veinte de la RESPONSABILIDAD tan grande que había adquirido, cualquiera diría, "Hay pero, un perro no es para tanto", pero para mí si.

En primera porque nunca había tenido un perro, no sabía que era cuidar de uno, sobre todo cachorrito y otra es que para mí, los perros al igual que los animales, representan algo muy significativo, son seres vivientes, con inteligencia y un alma, para mi son seres sintientes, que sufren, que lloran, que extrañan, que se ponen felices, y me es muy importante que vivan de una manera correcta y adecuada, no son un objeto, que se pueden arrumbar o dejar solos todo el tiempo, merecen nuestra atención y respeto, no solo cariño.

Pero pasando los días, me fui encariñando con él, como era natural, pero sobre todo, supe que SÍ PODÍA. Es todo un reto educarlo y que sea un perro respetuoso y que sepa de límites, lo cual muchas personas no ponen cuidado en eso, pero para mí un perro bien educado y armonioso es un perro valioso y de gran admiración.



Un nuevo integrante en la familia

Tobias Amadeus, llegó a casa un 23 de agosto de este año 2014, nació el 12 de julio y éste sábado 20 de septiembre cumplió 10 semanas, es un pequeñín todavía, pero crece bárbaro.






Recuerdo el primer día, lloró interminablemente, prácticamente cada hora se despertaba y cada hora nos levantábamos para calmarlo, decidimos desde el primer día, que no dormiría con nosotros, pero sabemos que eso fue muy difícil para él. Al siguiente día durmió abajo nuevamente, pero, Yo, dormí cerca de él, en el sillón. desde esa noche escalofriante.. no volvió a llorar, UF!,porque no solo lloraba, AULLABA y todo obscuro….(aún no se me olvida aquella noche).

La primera semana que me quedé con él abajo, se acercaba para ver si estaba ahí, quería subir al sillón conmigo, pero no lo dejaba, lo mandaba a su cama y se iba renegando, la segunda semana pude subir de nuevo a mi dormitorio, pero dejaba un bulto de cobijas para que supiera que ahí estaba Yo; y nos subíamos cuando se dormía, con el mayor silencio posible.

Nos costó trabajo porque aunque ya no lloraba, subía las escaleras y nos buscaba arriba. Pero poco a poco se fue acostumbrando, hoy a 2 meses y medio, nos subimos sin problema, aún cuando esta despierto, pero obviamente le apagamos la luz, para que sepa que es hora de dormir.

Al parecer Tobias parece un cachorrillo, tierno y dulce, y si lo es, pero también es un diablillo, como dice su veterinario acerca de esta raza, tiene energía para toda la noche, cuando ya debería descansar, se queda abajo pero tarda en dormirse, ahora con mayor altura, alcanza el sillón, y no le basta su cama alcolchonadita, el sillón le parece mejor, ya alcanza la mesa de centro y muchas cosas, por lo que está resultando demandante que tenga su propia casa afuera, en el jardín.

Obviamente esto lo digo con mucha tranquilidad, pero hace unos días, tan solo sacarlo al jardín me parecía terrible, ya que al principio como todo cachorro, lloraba y éste como buen Weimi, aullaba; claro la separación aún en el jardín le parecía doloroso. Poco a poco también lo fuimos dejando por lapsos, hoy después de un mes de intenso trabajo, se ha quedado casi todo el día tranquilo y sin llorar.